Justicia absurda.

Absuelto tras confesar haber asestado 57 puñaladas a dos jóvenes “en defensa propia”.
Uno de los jóvenes asesinados trabajaba de camarero en un after donde el agresor fue a tomar unas copas y supuestamente cocaína. Hizo amistad con el camarero y fueron al piso de la victima, que compartía con el otro joven asesinado. Tras horas de fiesta con más alcohol y supuestamente más drogas, el camarero apareció desnudo con la intención de acostarse con el agresor, que según su versión, tras rechazarlo, volvió con un cuchillo y se le tiró encima, pero pudo quitárselo y darle 35 puñaladas, el compañero de piso al intentar pararlo recibió 22 puñaladas, varias de ellas por la espalda.
Tras el crimen el agresor se duchó, tapó sus heridas, provocó un incendio en el piso y se llevó una maleta llena de objetos de valor, supuestamente para hacer creer que los jóvenes habían sido victimas de un robo violento.
Según la defensa el agresor fue movido por "un miedo insuperable a ser asesinado y violado, víctima del pánico, fuera de sí dado el estado de intoxicación en el que se encontraba".

57 puñaladas, incendio y robo ¿defensa propia?...

Fuente: El País